Historia del Cannabis Cannabis

Desde hace miles de años, el ser humano ha utilizado el cannabis para diversos fines. Esta planta, de origen asiático, se ha cultivado en todo el mundo y se ha utilizado para la elaboración de medicamentos, té, ropa y papel, cada vez son más las personas que se suman a la movida pro-cannabis, y que buscan legalizar su uso para fines medicinales y/o recreativos. Durante casi 5000 años, el cannabis se ha utilizado para tratar una variedad de condiciones médicas: náuseas, anorexia, glaucoma, dolor, espasticidad muscular, asma, depresión y ansiedad, entre otros.

El género Cannabis pertenece a la familia Cannabaceae e incluye tres especies: Cannabis sativa, indica y ruderalis, las cuales presentan distintas propiedades psicoactivas, también conocida como cáñamo o marihuana, es una de las más antiguas que se han cultivado. Se cree que su origen se encuentra en el sureste de Asia, en la región que hoy día corresponde a China, Mongolia y Corea. A partir de ahí, se extendió a India, Persia y Egipto. En Europa, el cannabis llegó a través de los árabes, y se cultivó en España desde el siglo XII.

El cannabis se ha utilizado como remedio para diversos problemas de salud. En China, el primer registro del uso de esta planta se remonta al año 2737 a.C, en el libro de medicina tradicional Shen Nong Ben Cao Jing. En este texto se describía el cáñamo como un remedio eficaz para diversos problemas de salud, como dolores de cabeza, diarrea y malestares estomacales. También se cree que el cannabis fue utilizado como remedio para la inflamación, la fiebre y otros problemas en la antigua Grecia y Roma.

La planta Cannabis sativa L contiene alrededor de 400 compuestos, de los cuales aproximadamente 80 son compuestos terpenofenólicos activos denominados colectivamente como cannabinoides. La potencia de los cannabinoides depende principalmente de la especie y del proceso de extracción. Los cannabinoides ejercen sus efectos farmacológicos mediante la activación de los receptores específicos de membrana: CB1 y CB2. Ambos pertenecen a la superfamilia de receptores acoplados a la proteína G, caracterizados por la presencia de siete dominios transmembrana.

Los receptores CB1 se encuentran distribuidos principalmente en el sistema nervioso central: corteza, ganglios de la base, ciertas partes del hipocampo y capa molecular del cerebelo. En virtud de estas localizaciones, los endocannabinoides participan en circuitos relacionados con la coordinación y el control del movimiento, funciones cognitivas superiores, en la respuesta al estrés y al dolor, en la regulación del sueño y en los mecanismos de recompensa. También intervendrían en la regulación de la temperatura corporal, el vómito, las náuseas y el hambre.

Los receptores CB2 se encuentran distribuidos en: microglía, bazo, amígdalas y distintas células del sistema inmune, entre ellas macrófagos y linfocitos. Este tipo de receptores se vinculan principalmente con los efectos inmunomoduladores de los cannabinoides. En los años noventa se consiguió describir la estructura de un receptor vinculado a proteínas G, específico para cannabinoides, denominado CB1. Este receptor es el más abundante y ubicuo de los de su tipo presentes en el sistema nervioso central (SNC) con una densidad similar a la de los receptores de GABA o glutamato. Tres años después se consiguió describir la existencia de un segundo receptor, llamado CB2 (de distribución preferentemente extraneural, especialmente en tejidos del sistema inmunitario).

Luego del descubrimiento de los receptores específicos para los cannabinoides se descubrieron sus ligandos, llamados endocannabinoides. Los endocannabinoides se encuentran almacenados en forma de precursores a nivel de la membrana postsináptica, y son liberados a demanda luego de la despolarización postsináptica. Una vez liberados en la sinapsis, estos difunden de manera retrógrada hacia la neurona presináptica, donde se unen al receptor CB1. La unión al receptor CB1 conduce a la inhibición de la liberación de neurotransmisores a través de la modulación de los canales presinápticos de calcio y potasio.

Los dos principales cannabinoides biológicamente activos, THC y CBD, han sido ampliamente estudiados. El tetrahidrocannabinol (Δ9-THC), que se produce a partir del correspondiente derivado ácido, es el compuesto psicoactivo más abundante en la planta, siendo el responsable de los cambios cognitivos y en la percepción comúnmente asociados con el consumo de marihuana. El Cannabidiol (CBD) posee baja afinidad por los receptores CB1 y CB2, reduce la regulación de la amida hidrolasa de ácido graso y la enzima-lipoxigenasa, presenta efecto antioxidante e inhibe la captación de adenosina y se une a ambos receptores transitorios vanilloid (TRPV1) y a los receptores 5-HT1y 5-HT2A6. Actúa contrarrestando algunos efectos psicoactivos del THC y mejora su tolerabilidad.

Fuente: Cannabis, cannabinoids, and health.